miércoles, 7 de diciembre de 2011

La propiedad privada sobre la tierra.


Rémoras del feudalismo en pleno siglo XXI

Carlos Marx
“La propiedad de la tierra es la fuente original de toda riqueza y se ha convertido en el gran problema de cuya solución depende el porvenir de la clase obrera”. 

Karl Marx.

Con estas palabras comienza Marx su importante manuscrito “La nacionalización de la tierra”. Es de suma importancia que los revolucionarios nos detengamos a analizar con más detalle la situación de los latifundios y las condiciones en que se mantiene oprimido al campesino venezolano bajo la bota terrateniente, que significa esto para nuestra sociedad, de donde proviene esta situación, quienes se esfuerzan por mantenerla y como debemos luchar para suprimirla definitivamente.
         
                                                                                  
Los poderosos terratenientes y Fedenagas se encargaron de exterminar a 213 líderes campesinos desde 2001 (fecha en que entró en vigencia la ley de tierras), hasta 2009, esto sin contar la gran cantidad de humildes trabajadores del campo muertos a causa de pésimas condiciones de vida, enfermedades o simplemente inanición.

La prepotencia de los grandes terratenientes llega hasta tal punto que han perpetrado actos terroristas contra la infraestructura del estado, como recientemente ocurrió en las oficinas del INTI en el estado Zulia, estos atentados demuestran que de la misma forma como su poder les alcanza para tomar represalias contra el estado, con más facilidad actúan contra los desprotegidos líderes rurales que han sido masacrados por sicarios y paramilitares contratados por Fedenagas y los latifundistas desde Colombia.

No olvidemos como hace apenas unos meses, terratenientes en el estado Zulia, asesinaron a un Cacique de la etnia Yukpa de 98 años de edad y propinaron una paliza escandalosa al resto de los miembros de esa gens aborigen. Sin embargo, los órganos del estado actuaron a favor de los terratenientes asesinos, capturando al Cacique sucesor Sabino Romero. Duro golpe contra quienes desde tiempos remotos de la etapa superior del salvajismo a la primera fase de la barbarie han habitado y trabajado esas tierras.

En otro orden de ideas, periodistas de la televisora privada Globovisión, se pronunciaban contra las expropiaciones que lleva a cabo el Gobierno Nacional en algunas fincas del Sur del lago de Maracaibo. El canal privado aseguraba que las condiciones de los campesinos en la zona eran de absoluto bienestar e incluso, muchos trabajadores del campo “se sentían dueños de la finca junto al patrón”. Al día siguiente se dio a conocer que alrededor de medio millar de campesinos de procedencia colombiana eran mantenidos en condiciones de esclavitud.

En muchas zonas de nuestro país, el terrateniente es considerado un semi-dios por los trabajadores rurales. “El señor” es la única fuente de trabajo, dueño de las bodegas, sostiene en infraestructura las iglesias, jefaturas de policía, etc. Toda la vida económica de una infinitud de pueblos gira en torno al semi-dios terrateniente, pues es de su monopolio absoluto todas estas fuentes donde se mueven las riquezas producidas por los campesinos.

Técnicas del trabajo agrícola del siglo XVII
Todas estas características son heredadas de la época del feudalismo. Desde la edad media, estas condiciones han cambiado muy poco en el campo venezolano, ciertas modificaciones en algunas tecnologías como tractores y otras máquinas que aprovecha el “señor” para aumentar la productividad de sus siervos, pero en la mayoría de los casos, las técnicas de trabajo de la tierra y los aperos siguen siendo los mismos desde la época de la colonia.

Aunado a esto, la clase de los terratenientes se ha ido fundiendo con la gran burguesía formando así un miasma de explotadores que se protegen y defienden mutuamente de cualquier iniciativa popular. Por tal razón, no es casual que en canales privados, “prostitutas de la información” salgan a defender estos rezagos de la edad media.

Es importante destacar que, a pesar de los esfuerzos del gobierno venezolano, la tierra sigue en manos de los poderosos y su poder e influencia sobre los campesinos es considerable, esto lo logran naturalmente, mediante la superstición y la fantasía religiosa aplicada como droga que corta cualquier iniciativa humana por emanciparse de las condiciones sociales en que se encuentra.

En este sentido, remarcamos la necesidad de organizarnos en consejos campesinos, en alianza obligada con la clase obrera como única vanguardia organizada, en verdadera estructura proletaria de organización hasta coronar la militancia en Partido, que se dedique al trabajo político e ideológico en el campo, para de esta forma dar al traste con la propiedad de los terratenientes y a la vez derribando ese muro de alienación acumulado por siglos de oscurantismo religioso en las mentes de las poblaciones rurales, explicándoles las ventajas de la propiedad común del suelo, de la necesidad que tiene la clase de los campesinos de aliarse con la clase obrera en la destrucción del actual modo de producción.

El trabajo, una vez exterminada la clase de los terratenientes, será la construcción de grandes haciendas colectivas, manejadas con tecnologías de punta. Este paso de la atrasada hacienda privada, dividida en pequeñas parcelas que se excluyen unas a otras, a una poderosa y moderna hacienda colectiva será decisivo para garantizar la soberanía alimentaria de nuestra patria.

Desde el Movimiento Gayones del Campo, nos solidarizamos con las luchas campesinas en todo el territorio nacional, estamos al servicio del pueblo campesino para la construcción del socialismo, sabemos que un mundo mejor es posible si logramos derrotar el capitalismo y nos fortalecemos a través de la alianza obrero - campesina en aras de construir y transformar. 

El camino es duro, pero es el camino. Vaya nuestro saludo combativo y clasista a todos los campesinos y campesinas. ¡Qué vivan los campesinos y campesinas del mundo!.


Artículo original de:  Voz Proletaria.

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